[slideshow]

Propiedades de Extinción

La extinción de un fuego sólo se consigue si se aplica un agente efectivo en el punto donde se produce la combustión. Durante siglos, el método empleado ha sido dirigir un chorro compacto de agua desde una distancia segura hacia la base del fuego; sin embargo, un método más eficaz consiste en aplicar agua en forma pulverizada, lo que aumenta el efecto refrigerante del agua y la conversión de agua en vapor. A continuación se detallan las formas en que actúa el agua en un incendio.

Extinción por enfriamiento

En la mayoría de los casos, el fuego se extingue cuando la superficie del material en combustión se enfría por debajo de la temperatura a la que produce suficiente vapor para mantener la combustión.

El enfriamiento superficial no es normalmente efectivo sobre productos gaseosos y líquidos inflamables con puntos de inflamación por debajo de la temperatura del agua aplicada. Generalmente, no es recomendable emplear agua para líquidos con puntos de inflamación por debajo de 100 ºF (37,8 ºC).

La cantidad de agua necesaria para extinguir un fuego depende del calor desprendido por el mismo. La velocidad de extinción depende de la rapidez en la aplicación del agua, del caudal y del tipo de agua que se aplique.

Lo más efectivo es descargar agua a manera que absorba el máximo calor. El agua absorbe el máximo de calor cuando se transforma en vapor y esto se consigue con mayor facilidad así se aplica pulverizada en vez de un chorro compacto.

La aplicación de agua pulverizada se basa en los siguientes principios:

* La velocidad de transmisión del calor es proporcional a la superficie expuesta de un líquido. Para un volumen dado de agua la superficie aumenta drásticamente si el agua se convierte en gotas.

* La velocidad de transmisión de calor depende de la diferencia de temperatura entre el agua y el material en combustión o el aire que lo rodea.

* La velocidad de transmisión de calor depende del contenido en vapor del aire, especialmente en cuanto a la propagación del fuego.

* La capacidad de absorción de calor del agua depende de la distancia recorrida y de su velocidad en la zona de combustión. (En este factor debe tenerse en cuenta la necesidad de descargar un volumen adecuado de agua sobre el fuego).

* Otros factores a tener en cuenta para el control por aberturas y a través de las paredes suelos y techos.

Extinción por sofocación

El aire puede desplazarse e incluso suprimirse si se genera suficiente vapor. La combustión de determinados materiales puede extinguirse mediante esta acción sofocante, que se produce con más rapidez si el vapor que se genera puede confinarse, del alguna forma, en la zona de combustión. El proceso de absorción de calor mediante vapor termina cuando éste empieza a condensarse, transformación que requiere que el vapor ceda calor.

Los fuegos de materiales combustibles ordinarios se extinguen normalmente por el efecto enfriador del agua, no por sofocación creada por la generación de vapor. Aunque este último puede suprimir las llamas, normalmente no extingue dichos incendios.

El agua puede sofocar el fuego de un líquido inflamable cuando su punto de inflamación esté por encima de los 37,8 ºC y su densidad relativa sea mayor que 1,1 y, además no sea soluble en agua. Para conseguir este efecto de la manera más eficaz, se le añade normalmente al agua un agente espumante. El agua debe entonces aplicarse a la superficie del líquido de una forma suave.

Extinción por emulsificación

Se logra una emulsión cuando se agitan juntos dos líquidos inmiscibles y uno de ellos se dispersa en el otro. La extinción por este procedimiento se logra aplicando agua a determinados líquidos viscosos inflamables, ya que el enfriamiento de la superficie de dichos líquidos viscosos, como el fuel-oil número 6, la emulsión aparece en forma de espuma espesa, que retrasa la emisión de vapores inflamables. Generalmente, para la extinción por emulsionamiento se emplea una pulverización del agua relativamente fuerte y gruesa. Debe evitarse el empleo de chorros compactos que produciría espumaciones violentas.

Extinción por dilución

Los fuegos de materiales inflamables hidrosolubles pueden extinguirse, en algunos casos, por dilución. El porcentaje de dilución necesario varia ampliamente, al igual que el volumen de agua y el tiempo necesario para la extinción. Por ejemplo, la dilución puede aplicarse con éxito contra un fuego en un vertido de alcohol metílico o etílico, si se consigue una mezcla adecuada de agua y alcohol; sin embargo, no es práctica común si se trata de depósitos. El peligro de rebose, debido a la gran cantidad de agua que se requiere, y el de espumación, si la mezcla alcanza la temperatura de ebullición del agua, hace que esta forma de extinción sea escasamente efectiva.

 

En España, como en muchos otros países, existe unas reglamentaciones que recomiendan u obligan a instalar sistemas de Agua Pulverizada para la prevención de incendios.

REAL DECRETO 2267/2004, de 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales.

REAL DECRETO 379/2001, de 6 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de almacenamiento
de productos químicos y sus instrucciones técnicas complementarias

  • MIE APQ-1 «Almacenamiento de líquidos inflamables y combustibles».
  • MIE APQ-2 «Almacenamiento de óxido de etileno».
  • MIE APQ-3 «Almacenamiento de cloro».
  • MIE APQ-4 «Almacenamiento de amoníaco anhidro»
  • MIE APQ-5 «Almacenamiento de botellas y botellones de gases comprimidos licuados y disueltos a presión».
  • MIE APQ-6 «Almacenamiento de líquidos corrosivos».
  • MIE APQ-7 «Almacenamiento de líquidos tóxicos».
  • MIE APQ-8 «Almacenamiento de fertilizantes a base de nitrato amónico con alto contenido en nitrógeno».
  • MIE APQ-9 «Almacenamiento de Peróxidos Orgánicos». (proyecto de norma

REAL DECRETO 2085/1994, de 20 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Petrolíferas, modificado por el Real Decreto 1523/1999, de 1 de octubre.

  • ITC-MI-IP-01 «Refinerías».
  • ITC-MI-IP-02 «Parques de almacenamiento de líquidos petrolíferos».
  • ITC-MI-IP-03 «Instalaciones petrolíferas para uso propio. Instalaciones de almacenamiento para su consumo en la propia instalación».
  • ITC-MI-IP-04 «Instalaciones fijas para distribución al por menor de carburantes y combustibles petrolíferos en instalaciones de venta al público. Instalaciones para suministro a vehículos».
  • ITC-MI-IP-05 «Instaladores o reparadores y empresas instaladoras o reparadoras de productos petrolíferos líquidos».
  • ITC-MI-IP-06 «Procedimiento para dejar fuera de servicio los tanques de almacenamiento de productos petrolíferos líquidos».

[slideshow]

[slideshow]

El control de humedad en la producción de semiconductores se utiliza para prevenir la electricidad estática y las deformaciones que pueden ocurrir en la superficie de la oblea de silicio y también para refrigerar el ambiente de producción.

Una descarga de electricidad estática durante la producción puede dañar la superficie de los semiconductores y perjudica el rendimiento de la producción. El proceso de producción genera calor y éste, a su vez, seca el aire.

[slideshow]

Dado que el aire seco propicia la acumulación de electricidad estática, se usan humidificadores para mantener la atmósfera en una humedad relativa de 55% rH. Así se logra disipar la estática naturalmente, y se evita el riesgo de dañar la superficie de los semiconductores.

Sin embargo, las superficies impresas de la oblea de silicio también son sensibles a la humedad.

Los tramos conductores de la superficie pueden distorsionarse durante la fabricación, cuando se exponen a niveles inadecuados de humedad. Se requiere un control estricto de humedad de ±0.1°C para el punto de rociado en cualquier periodo de 40 minutos. Toda variación mayor que ésta ocasionará el daño de los tramos conductores y la pérdida del artículo.

La evaporación de la atomización genera un efecto refrigerante adiabático. Esto ayuda a bajar la temperatura durante el proceso de fabricación y reduce la demanda de refrigeración.

 

[slideshow]

A menudo, en la oficina y como consecuencia del aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno, es en la oficina dónde estamos más expuestos a u aire seco y a los problemas que genera.

El ser humano, es más sensibles al aire seco que a la temperatura y el bajo nivel de humedad relativa en el trabajo se relaciona con los problemas de salud y un malestar.

Humedad en la oficina

• Diferentes estudios han demostrado que las mejores condiciones ambientales de la oficina se alcanzan cuando se está alrededor de 50% HR, pero que los márgenes aceptables están entre el 40% y el 60%.

• Las personas que llevan lentes de contacto sienten una incomodidad que aumenta cuando la humedad baja de 45% a 20%. En condiciones de baja humedad, la capa fina de humedad de la cornea se evapora rápidamente.

El polvo en suspensión también es causa de irritación ocular.

• En condiciones por debajo del 40% HR, se producen descargas electromagnéticas debido a la sequedad del aire. estas descargas además de ser una molestia para las personas puede también dañar a los equipos electrónicos.

• La gente se siente a gusto con una mejor humidificación y son menos sensibles a los malos olores.

Para mantener un nivel correcto de humedad relativa es necesario añadir agua en el aire. La opción más adecuada y eficaz es la instalación de esta humidificación dentro del sistema del aire acondicionado o en el sistema central.

[slideshow]

Las condiciones óptimas para el cultivo de hongos son la oscuridad y una humedad del 95% rH.

La humidificación a través del pulverización de agua, es la idónea ya que a evaporarse el agua antes de que las gotas toques los hongos se evitan las manchas oscuras que los harían menos atractivos para los consumidores.

[slideshow]

En la producción de placas de circuito impreso (PCB) es necesaria la humidificación para eliminar la acumulación de estática. La descarga eléctrica de estática sin control adecuado puede dañar e inutilizar las PCB. El daño solamente se detecta al final de la línea de producción y si no se controla puede reducir significativamente el rendimiento de la producción.

Las soldadoras de flujo utilizadas en la producción de PCB producen muchísimo calor. A medida que el aire en el área de producción se calienta, se torna más seco y por consiguiente, más propenso a la electrificación estática.

Si se mantiene la humedad relativa aproximada de 55% (%rH) ± 3%rH, la carga eléctrica se disipa, y así se elimina el riesgo de descargas accidentales en las PCB.

Los humidificadores proporcionan hasta 12ºC de refrigeración adiabática y a la vez mantienen el nivel de humedad. Esto es útil para alcanzar una temperatura ideal de 20ºC para la producción y reducir la demanda de sistemas de refrigeración con su costo de funcionamiento.

Los humidificadores aportan humedad a las unidades de tratamiento del aire que suministran aire al ambiente de proceso, o bien aportan humedad directamente a la atmósfera en establecimientos sin planta de aire acondicionado central.

Dado que este tipo de producción requiere un ambiente limpio, si se usan humidificadores por atomización, éstos deben alimentarse con agua purificada por ósmosis inversa.

[slideshow]

Cuando los cultivos son cosechados en los meses de verano, especialmente los vegetales de hojas verdes, los mismos se encuentran a la misma temperatura que el ambiente de ese día en particular. Para que la cosecha llegue al consumidor tiene que mantenerse fresca y, para lograrlo, debe refrigerarse rápidamente a 2-4ºC. Si los vegetales fueron cosechados a >20ºC, el grado de refrigeración requerido para llevarlos a la temperatura de almacenamiento, los dañará.

Para evitarlo, se le agrega humedad durante el periodo de refrigeración. Sin embargo, no es posible humidificar durante todo el periodo de refrigeración porque la exigencia sería tan alta que no sería comercialmente viable. Por lo tanto, se prevé realizar la humidificación cuando la refrigeración está apagada, para crear una neblina en el recinto y que los vegetales puedan reabsorber la humedad para prevenir la pérdida de humedad durante el siguiente ciclo de enfriamiento.

El ciclo normal es 15 minutos de frío seguidos de 5 minutos de neblina. Este ciclo se repite hasta que los vegetales disminuyen su temperatura. En este proceso no se realiza control de humedad; el control se logra al usar un circuito de tiempos en el panel de control de planta provisto con el humidificador. Es crítico que los ventiladores de la planta de refrigeración estén funcionando durante todo el proceso para que los patrones de distribución del aire se mantengan.

Selección del equipo apropiado

La selección del equipo depende del tipo de unidad de refrigeración que se use. En general, en esta aplicación se usan enfriadores para alta humedad, porque se considera que de esa manera se causa menos daño a los vegetales. Pero no es así, debido a la diferencia de temperatura entre el aire frío y los vegetales. Mientras que la humedad en la descarga del enfriador está a 98%rh, la humedad que circunda los vegetales es baja, alrededor de 75%rH.

La mejor forma de distribuir la humedad es montar un banco de toberas, como las del humidificador de aire comprimido y agua, en el frente del evaporador del recinto frío y usar los ventiladores del evaporador para distribuir la humedad.

Las toberas no deberían superar los 3,5 litros/hora, ya que la atomización de las más grandes es demasiado pesada para su distribución por todo el local. Las toberas deberían montarse sobre una línea de acero inoxidable y apuntar hacia el flujo de aire. En general, es muy inusual una demanda de más de 50litros /hora, cuando se usa el panel de control.

[slideshow]

La demanda del consumidor hace que sean disponibles productos frescos en cualquier época del año, en vez de solamente cuando sea la temporada. Además la expectativa de una apariencia fresca y saludable de los productos ha llevado a cambios importantes en la manera de cosechar, envasar los alimentos para almacenamiento y en la manera de exponer los productos al cliente.

Algunos de los mayores cambios los propician los supermercados, que tienen que anticipar cuál será la demanda durante la semana y, especialmente, durante los fines de semana. El sector agrícola también ha experimentado muchos cambios a raíz de esto.

Los grandes agricultores han sustituido los pequeños agricultores locales y ahora se importan productos de toda parte del mundo para satisfacer la demanda. Estos cultivos tienen que cosechar, madurar, estar envasados y entregados de acuerdo a los requisitos de los supermercados. Generalmente, esto no se puede hacer en unas cuantas horas, así que los productos tienen que estar conservados en almacenes fríos para que conserven su calidad o madurar en salas de maduración especiales antes de la entrega. Es en esta fase que la humedad representa un factor importante para la calidad del producto.

Todos los productos alimentarios contienen agua

Todos los productos, que sean carne, pescado, verduras y hortalizas o frutas, contienen grandes cantidades de agua y cualquier pérdida de la misma afectaría el aspecto, y por consiguiente la calidad, del producto. A menudo, las pérdidas importantes del contenido de humedad se dan en alguno de los muchos procesos de enfriamiento por los que deben atravesar el producto durante su procesamiento.

La humedad de un producto es de dos tipos: humedad retenida y humedad libre. La humedad retenida generalmente está integrada en la estructura celular del producto. Por lo general, ésta no se desprenderá a no ser que se dañe la pared celular. La humedad libre, sin embargo, se desplazará en función de la humedad relativa del aire que rodea al producto.

Las leyes físicas no permiten que haya un desequilibrio de humedad en los casos en que un producto tenga una humedad relativa superior a otro que esté en el mismo medio ambiente. La humedad se desplazará de un área de humedad superior a un área de humedad inferior hasta que se logre el equilibrio, que es cuando no exista movimiento de humedad de un producto a otro. Esto se logra fácilmente cuando un producto se pone en un envase sellado, suponiendo que dicho envase sea impermeable, ya que el producto dará o sacará humedad del pequeño volumen de aire del envase hasta que se logre el estado de equilibrio. No obstante, cuando se procesa un producto, éste no se encuentra en un medio ambiente sellado y, entonces, se pueden dar cambios con mucha facilidad.

¿Cómo se pierde agua?

Si un producto tiene que ser enfriado durante el procesamiento, por lo general queda expuesto al aire frío de una planta de enfriamiento. A menudo se olvida la psicometría (dinámica de humedad) de este proceso. Cuando pasa aire a través de una bobina de enfriamiento, ya se trata de un sistema de agua enfriada o DX, el aire se enfría a una temperatura baja, que a menudo cae por debajo del punto de condensación del agua. En este momento, el agua del aire se condensa en la bobina. Mientras que el aire emanado del enfriador ahora se encuentra a la temperatura baja deseada y a una humedad muy elevada (generalmente el 100% de Hr), este aire se distribuye por el almacén y alrededor del producto y la temperatura se eleva cuando entra en contacto con dicho producto. A menudo se supone que, dado que el aire está a una humedad relativa del 100% cuando abandona el enfriador, el producto no sufrirá pérdidas, ya que el aire no puede mantener más humedad, así que no hay desequilibrio. No obstante, según se eleva la temperatura del aire, la humedad relativa baja.

Alrededor de cada producto hay una capa limitante de aire. Generalmente, ésta tiene un espesor de 2 mm. Esta capa se encuentra en equilibrio con el producto en cuanto a la temperatura y la humedad. Si se enfría el producto, entonces este aire se encontrará a una temperatura más elevada que la temperatura de almacenamiento y cuando el aire frío del enfriador sopla alrededor del producto, se rompe esta capa limitante. La nueva capa limitante de aire frío recoge calor del producto y, al hacer esto, la humedad de esta nueva capa limitante baja debido a una ganancia sustancial de calor del producto.

¿Cómo reducir al mínimo la pérdida de humedad?

Por lo general, la carne y las verduras tienen una humedad relativa de equilibrio del 95 al 98%. Cuando la temperatura del aire se eleva de, pongamos como ejemplo, 1 °C a 4 °C, la humedad relativa del aire bajará del 100% hasta alrededor del 78%. Dado que la humedad relativa de equilibrio del producto es superior a esto, el producto desprenderá humedad libre para restablecer el estado de equilibrio. Con una cantidad finita de humedad disponible del producto, no pasa mucho tiempo antes de que cambien las características físicas del producto, afectando la calidad, el peso y el aspecto. La humidificación controlada del aire en el almacén de enfriamiento reducirá al mínimo estas pérdidas, ya que resulta mucho más sencillo que la capa limitante absorba humedad del aire mismo, más que extraerla del producto.

Para asegurar que el producto se conserve en condiciones óptimas, es absolutamente necesario el diseño del sistema de humidificación. No es tan sencillo como rociar agua en el almacén. La humedad debe tener una forma que sea sencilla de absorber por parte del aire. Esto requiere un humidificador diseñado adecuadamente y aplicado correctamente. No vale de mucho instalar un humidificador en el aire de descarga del enfriador cuando este aire ya sea probable que esté saturado, de manera que no podría absorber más humedad. Así mismo, la distribución de humedad a través de la totalidad del almacén, también resulta crítico: no vale de mucho introducir una gran cantidad de humedad en un área y esperar que se distribuya por todo el almacén. Hay muchos operarios de almacenes de enfriamiento que han causado daños a productos debido a sistemas de humidificación mal diseñados.

La aplicación de humidificadores no se limita exclusivamente a los almacenes de enfriamiento o refrigeradores. Los mercados comerciales y los numerosos almacenes de distribución modernos operados por los supermercados también se deben humidificar. No vale de mucho producir y despachar productos de calidad de un almacén de enfriamiento si se van a dañar en el almacén de distribución.